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Foto del escritorVane Fernández

El día que casi maté Devitare...


Hoy quiero platicarte un suceso, no muy lejano de desesperación y derrota por el que atravesamos mi esposo y yo, esto tiene poco más de un año y quiero compartirlo por si te sientes perdida cuando un negocio va mal y decirte, te comprendo y te acompaño. Lo he vivido y creo que en estos momentos se están viviendo situaciones muy similares por todos lados.


Mucha gente cree que ser empresario y vivir de tu propio negocio es sencillo y fácil, no lo es, pero no me mal interpretes, yo sabía en lo que nos estábamos metiendo al querer ser nuestros propios jefes: Trabajar un sin fin de horas, levantarte super temprano y dormir muy tarde, ser todólogo (como nosotros le llamamos) porque no te alcanza el dinero para pagarle al mercadólogo, al diseñador, al de redes sociales, ser la persona que fabrica, la que hace números, la que busca quien venda los productos y un sin fin de pendientes más, de este camino ya tiene casi 11 o 12 años, claro que hemos tenido satisfacciones tremendas pero hoy quiero platicarte la parte oscura de tener un negocio.


Todo negocio cambia y evoluciona con el tiempo y en esta época es mil veces mas rápido el movimiento del cambio, apenas te estas adaptando al uso de una plataforma en redes sociales y nuevamente cambian todo, los algoritmos para llegar al publico, en fin...


Existen momentos en los que pareciera que el universo se conjunta, todo se revuelve y no encuentras la solución a tus problemas, también me he dado cuenta que mucho tiene que ver situaciones emocionales no resueltas internamente, pero esto lo leeras casi al final, quiero contarte el proceso de lo mal que se siente llegar a tocar fondo, sentir que nadie te comprende y que decides renunciar. Después de tener varios años de mala racha, endeudada en varios bancos y con amigos, perdiendo negocios, decidí darme por vencida.


Quiero compartirte dos entradas de algunos escritos que utilicé para entenderme mejor:


12 de Febrero de 2019.

HOY MATÉ MI NEGOCIO


¿Dónde comienza uno a cuestionarse un "basta"?


Si, ya sé que se lee super drástico y dramático, pero sinceramente estas palabras no le hacen justicia en proporción a mi lado emocional. Uno anda dividido, vagando por la cotidianidad del diario vivir cuando te atormentan las ideas y las emociones divididas. Si, divididas porque tengo dos secciones en esta batalla que considero es y está siendo épica.


La parte más obscura.


¿Qué me dices de esas diversas anclas que viene uno arrastrando? Esas que te ahogan y te hunden: deudas bancarias, con amigos y familiares; dudas sobre ti, tus capacidades, tus aptitudes y actitudes; toma de decisiones buenas, malas o pésimas (en mi caso, justo estoy en la tercera opción); acciones que no te llevan a ningún lado, o peor aún ¡te llevan para abajo!, y puedo nombrar muchas más.

Una parte del corazón que le puse a mi negocio ha sido atravesado por mil navajas oxidadas y muere atormentado de dolor, de fatiga, de cansancio y hartazgo.


¿Cuántos años llevaba en esto?, ¿Doce o diez? ¡Ni lo recuerdo! No recuerdo el instante donde surgió la idea, ni la fecha donde fue implantada en alguna parte de mi cerebro, pero segura estoy que fue mínimo una década.


¿Y ahora qué? Estoy próxima a cumplir cuarenta años y veo mis sueños derruidos, pisoteados y me siento perdida, quebrada y frustrada, si con sólo tres adjetivos pudiera describir esta parte de lo que siento.


De verdad, esto ya no tenía remedio, ¡ni tantito!, es más esto ya era un zombi bien muerto pero que avanzaba forzosamente por mi terquedad, sino pregúntame por cuanta lana me persiguen los bancos, y ¿sabes qué es lo peor?, que estuve a punto de volver a endeudarme de nuevo y por más dinero, por algo sin remedio.



Estoy llena de miedos y frustración, llena del terror a confrontar los "consejos familiares" abarrotados de "te lo dije", "te hubieras buscado un trabajo bien", "yo creo que no le echaste las ganas suficientes", "te hubieras dedicado a lo que estudiaste" y mil clásicas pendejadas más.


Pero es que aparte, hablan los que nunca han estado en tu lugar como si fueran expertos y ¿qué me dices de las personas que sí tienen negocio pero les da tanto miedo verte como un reflejo de si mismos? Uy, eso también está cabrón. Porque pretenden estar pero no es así, no están y sinceramente lo entiendo, socialmente no estamos educados para saber acompañar en la derrota, en las pérdidas o en los duelos. Algunos con los golpes vamos aprendiendo, pero muchos abren la boca por hablar y ni cuenta se dan de que lastiman; otros aprovechan el momento para clavarte el cuchillo de frente porque saben que no estás en postura lúcida para defenderte, en fin, así mi entorno.


La parte de luz que comienza a brillar.


Seguramente piensas que matar un negocio de una década no tiene nada de luz, pero vengo a contarte que no está siendo así (para mi) en este instante. Voltearme a ver y escucharme es muy satisfactorio, en especial cuando no tienes nada que ocultar "por tu bien" y me refiero a mentirme a mi misma ¡eh!.


Comencé a cuestionarme este tipo de cosas:


¿Me hace feliz aún? - No.

¿Desde cuándo dejó de hacerme feliz? - Aproximadamente tres o cuatro años. ¡Hay güey, si es un chingo de tiempo!

¿Me di cuenta de esto? - No, ni cuenta me di.

¿Por qué dejé de disfrutarlo? - Uy, un sin fin de hechos que se me fueron acumulando (lógicamente en su momento no supe resolverlos de la mejor manera), algunos ejemplos son: traiciones, robo de fórmulas, competencia desleal, robo hormiga, robo de clientela en espacios físicos bajo contrato, clientes abusivos y manipuladores, distribuidores que querían ganar dinero sin mover un dedo, no poner límites saludables con mi alrededor y en especial no valorar mi trabajo, no respetarme a mi misma.


¿Qué valoro justo en este momento de tormenta? A mi esposo, que esta viviendo justo lo mismo que yo, ya que el negocio y los sueños son de ambos y aquí seguimos juntos, aguantándolo todo. Los amigos y familiares que se quedan, apoyan y están al pendiente, ¡gracias, gracias, gracias!...


¿Qué busco? Claridad mental y emocional para saber separar lo que si me sirve y funciona, de lo que no me sirve y tengo que soltar.

¿Para dónde voy? ¡No tengo ni idea, pero justo esta aventura comienza a levantar mi espíritu!

¿Qué tengo? Mayor fortaleza en mi corazón. Un chingo de aprendizaje que apenas comienzo a desmenuzar y entender (por eso estoy escribiendo).

¿Qué entiendo como mi mayor aprendizaje hasta ahorita? Que tuve que perderlo todo para encontrarme a mi misma.


Esto apenas comienza y voy a intentarlo de nuevo, porque así soy, bien pinche necia.


 

18 de Febrero 2019.

¿CUANDO DEJE DE AMAR MI NEGOCIO?

No tengo ni idea. En este preciso momento ubico que fue hace aproximadamente tres años. ¡Tres años! ¡En qué momento pasó tanto tiempo que ni cuenta me dí!.


Todo lo daba por sentado, creo que llegó un punto en dónde sólo actuaba por inercia, por el "deber ser", por el título de "dueña de negocio" y no supe en que momento me perdí.


Pero me perdí bien cabrón, porque perdí la emoción de crear cosas nuevas, perdí la emoción de conocer nuevas personas, de hacer nuevas y mejores alianzas, perdí las ganas de trabajar en mi taller, de contactar nuevos y mejores clientes, de tomar cursos para siempre ir tres pasos adelante, perdí la motivación de ver crecer mi negocio, perdí el pedazo de alma que había impregnado en cada creación en un inicio, perdí el amor al desvelo por verlo crecer, por planear nuevos horizontes. Perdí la emoción de las miles de tazas de café que compartía con mi esposo cuando hacíamos planes de hacia dónde queríamos llegar...


¿Cómo fue?

Recuerdo que se nos fueron presentando muchas situaciones donde las pruebas a vencer fueron demasiadas, o mejor dicho, fueron muy dolorosas ya que creíamos en el mundo de los negocios como en nosotros mismos, en ser honestos, claros y sentirnos respaldados, pero nos topamos con que no es así.


Llegamos a lugares en dónde supuestamente no se permitía la competencia desleal ya que en el contrato estaba estipulado lo que cada marca podía vender, pero cuando alguien más nos puso la competencia debajo del agua y lo confrontamos con los dueños bajo contrato, solo fue una sanción "hablada" con una posible consecuencia de pérdida de contrato por no seguir las reglas.

Obvio sucedió de nuevo y cuando llevamos pruebas en video de que seguían faltando al contrato se hicieron de la vista gorda. ¿Quién chingados se va a quedar sin cobrar una renta sustanciosa por la competencia desleal? Yo creí que si nos iban a respaldar, seguía creyendo que el infringir las reglas era algo sancionable. ¡Qué equivocada estaba! Este fue el primer paso de una cadena de decepciones que fueron desplumando mis alas y mis ganas de volar.


Fuimos atravesando situaciones complejas, contratos que no fueron cumplidos (y no por mi, sino por los que habían puesto las reglas), sociedades mal logradas, falsos sueños de alianzas compartidas, competencia cínica que tenía que copiar mis fórmulas porque no tenían imaginación propia, clientes que gustaban de exprimirme descuento sobre descuento para "promover mi marca", lugares donde prometen promoción y publicidad si rentas un espacio (el cual jamás realizan porque no está por escrito) y muchas cosas más. Si, ya sé, fuí absurdamente ingenua y obviamente aprendí de esto a la mala.


¿Qué estoy aprendiendo ahorita de esta situación?

Sinceramente MUCHO. No puedo culpar a todas esas personas de mi ingenuidad, ni de mi buena voluntad, la realidad es que sólo fueron un reflejo de mi profundo inconsciente, todos y cada uno de ellos vinieron a enseñarme algo que estaba buscando dentro de mi, reflejado en el exterior. Si volteo a lo más profundo de mi corazón, la verdad que se asoma a golpes de mazo sobre mi pecho es: "No soy la misma persona hoy, que la que creó este negocio hace diez o doce años".


Así que aquí estoy, escribiendo para dejar de engañarme o justificarme. Las bases de ese negocio fueron realizadas sobre mucha estupidez, creencias erróneas sobre mi misma y mi alrededor, entre ellas están las siguientes:


- Demostrarles a los demás que puedo lograrlo. Pésimo paso, ya que a quién debo demostrar tal cosa es a mi misma, A NADIE MÁS.


- Creer que llegar a la cima te dará autoestima. El autoestima se trabaja dentro de uno mismo, no depende de llegar a algún lugar y lo más cagado es que es al revés, primero debes cultivar tu autoestima para disfrutar de la cima que TÚ TE PONES, yo llegué a la cima y ni cuenta me dí y ni siquiera lo disfruté.


- Los demás llegarán a apreciarme o respetarme al tener un "negocio exitoso". Una de las peores mentiras que nos creemos. Si no te respetas o no te aprecias a ti mismo NADIE LO HARÁ. Tiene uno que empezar por si mismo y no en sentido contrario, eso habla de las personas que atraje al negocio en su momento, por lo cual, ya no vibro en la misma frecuencia.


- La lealtad existe en todos lados. No. Y también es un valor difícil de encontrar, por lo que las personas que son leales, ya sea por amistad o por integridad propia, las debemos cuidar. Este tipo de valores se han ido perdiendo, así que encontrarlo significa cuidarlo y no darlo por sentado.


Perder un negocio es un fracaso. ¿Para quién? Para mí no lo es, ya que al soltarlo y dejarlo, recupero lo que estaba perdiendo: "A mi misma". Seguro que el próximo negocio que emprenda será con unas bases más sólidas y frescas, que las que tenía, porque por supuesto que lo volveré a intentar.


 

Estos dos fragmentos explican mi proceso de entendimiento de la situación, claro que hablar de ello más de un año después lo hace más fácil, mientras uno está dentro del huracán sientes morir.


Pero bueno, aquí seguimos. Re significando la realidad de Devitare y re descubriendo el amor de lo que hago.


Devitare vive gracias a dos personas que nos apoyaron increíblemente en esos momentos: Ceci y Ángeles, si ustedes no nos hubieran convencido de seguir fabricando nuestros productos para sus tiendas, Devitare hubiera dejado de existir LITERAL. También nos dimos cuenta que nuestra micro empresita ya tiene vida propia y se defiende, así que estamos disfrutando de este logro ya adquirido con los años.


Dentro del aprendizaje obtenido, tuvimos que eliminar un montón de productos que no tenían mucho movimiento para poder equilibrar nuestras finanzas, vendimos nuestro coche para pagar lo más que pudiéramos de las deudas, optimizamos recursos lo mejor posible, estamos aprendiendo a trabajar con las plataformas en línea (aprovechando la pandemia ja, ja, ja, ja).


Sólo quiero reafirmar que aunque suene a cliché barato, SI LLEGA la luz al final del túnel, si depende de ti y que la problemática que vives es siempre más profunda a nivel personal y emocional, si la resuelves dentro de ti, todo comienza a cambiar. Si te inundan este tipo de sentimientos devastadores quiero que sepas que no estas sola o solo, que te entiendo y si gustas dejarme algún comentario, te leo, saber acompañar no es sencillo, pero dando empatía podemos crear un mundo mejor.


Gracias por leerme.



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