Vane Fernández
2 de feb de 20163 min.
Desde la antigüedad, la naturaleza ha provisto al ser humano de recursos para poder subsistir. Así, cuando el hombre comenzó a utilizar las hojas, las raíces, los frutos y las semillas de las plantas para lograr alivio; sin querer, dio nacimiento al uso terapéutico de la aromaterapia y los aceites esenciales.
Desde los tiempos más remotos de la humanidad, los sahumerios aromáticos se han venido usando en rituales cotidianos y durante ceremonias religiosas. La fragancia ha sido vista como una manifestación de la divinidad en la tierra, una conexión entre los seres humanos y los dioses.
La clave de la salud y bienestar consiste en dejar que las cosas vayan bien, relajarse y acostumbrar la mente a fluir positivamente cada día. Los aceites esenciales a parte de tener un aroma maravilloso, ayudan a alcanzar un bienestar general de forma muy sencilla, pues actúa simultáneamente en el cuerpo, las emociones y la mente. Esta acción tan completa puede ser útil para casi todas las situaciones de la vida cotidiana.
Es utilizar continuamente aceites esenciales puros, que se extraen de las plantas, con un fin medicinal, estético o simplemente de placer. Algunos lo denominan "remedio casero" ya que trae importantes beneficios y mejoras a la salud, tanto física como mental.
Estas sustancias son el resultado de procesos bioquímicos que se producen en las plantas, especialmente en sus glándulas secretoras. Las mismas se encuentran en las flores, semillas, hojas, tallos, frutos y raíces.
Esta clase de sustancia debe conservarse en frascos de vidrio, en especial, oscuro (ambar, verde o azul cobalto). El plástico es desaconsejado, ya que puede dañar al aceite con tóxicos químicos y a su vez existen algunos aceites esenciales (como el árbol de té) que disuelven el plástico y por lo mismo se contaminan.
La razón por la cual se debe optar por un vidrio oscuro, es que de esta forma no deja pasar la luz natural, que puede alterar la coloración del aceite. Es importante recordar que el frasco debe estar bien cerrado, con una tapa con sistema de rosca, a presión o con un corcho.
El aceite esencial se evapora con mucha facilidad ya que son sustancias químicamente volátiles (unas más, otras menos), por lo que, si no se conserva el frasco bien tapado con el tiempo se empezara a diluir o evaporar. Además, si entra en contacto con el aire, se pueden modificar sus propiedades básicas.
Cada esencia tiene un aroma puntual que estimula, a través del olfato, ciertos centros nerviosos del cerebro. De esta forma, "despierta" nuestras capacidades psíquicas e incrementa el funcionamiento de las glándulas hormonales. Podemos hablar de una reacción en cadena.
Jamás se deben aplicar las esencias en estado puro sobre la piel o las mucosas internas, ya que se pueden producir quemaduras. (Son muy pocos los aceites esenciales que si pueden utilizar en la piel directamente).
Al preparar las esencias uno mismo, respetar las dosis y cantidades indicadas.
Emplear las esencias cuyos aromas nos resultan agradables.
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